Batea / Redacción Barcelona, 5 de junio de 2024

Hace una 6 años Joan Arrufí, hijo de casa Papeles de Batea, hizo realidad uno de sus sueños al poder comprar la finca del Mas d’Amades en la Partida de Trufes, tocando la Sierra del Coll.

Es sin duda un paraje de gran belleza, donde el jardín aseado de viñedos convive con el moteado de bosques y el Mas medio en ruinas que Joan confía en restaurar para darle nueva vida. Con un punto de legítimo orgullo me explica la emoción que sintió su abuelo al saber que el Mas d’Amades pasaba a ser propiedad de la familia porque él, de joven, había ido a trabajar a jornal.

A las 08.30 horas subimos al todoterreno de Joan para ir a ver la evolución de la añada en esta nueva finca donde ha plantado 15 hectáreas de garnachas (21.700 cepas de Garnacha Peluda y 23.000 de Garnacha Blanca).

El trabajo que ha hecho para preparar la tierra, plantar el viñedo, acondicionar el riego de apoyo, ha sido ingente, y de hecho, todavía no está del todo terminado. Ahora crecen plantas de 5,4,2 años y también plantadas de ahora en los suelos típicos de la Terra Alta: panal, arcillas, arenitas…
En el viñedo, con un aspecto magnífico, vemos un cuajado irregular, propio de las garnachas que no afecta para nada a la cosecha final. La sequía que sigue castigando la comarca, no afecta a este viñedo porque cuenta con el riego y el aspecto y sanidad de las plantas es francamente bueno. El aire del cierzo y la garbinada refrescan y vivifican los campos.
Esperamos que el tiempo acompañe y si no llueve mucho, que tampoco granice.


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